31 de maig 2011

¿MORIR DE AMOR?





¿Es posible, por un azar, me pregunto
Que Cupido, aun después de tantos siglos
Siga disparando sus flechas envenenadas de Amor,
Que alcanzan de lleno los corazones ignorantes
De los pobres, ilusos y distraídos amantes
Aún viven sin sentir su punzón?.

Estaré desvariando, mengua mi razón
Pues cual pueril corderito expuesto
Afirmaría, sin dudarlo, que siento dolor de Amor.
¿Puede Cupido haberse colado en mi balcón,
Con sonrisa maliciosa en su rostro y apretando
la alcahueta cuerda de su arco miraculoso
haberme disparado con firmeza y tesón?

Siento aquí una opresión en mi pecho
Me sudan axilas, rostro y manos
Me habré contagiado de tal placer mundano
Aunque cosa de dioses debe ser pues yo
Ni su sombra vi ni su presencia intuí.

Alerta, oigo algo tras la cortina
Debe ser Cupido que ya se retira
Dolor agudo, dolor de Amor en mi pecho
Que mis manos no pueden contener
Pero, diablos, ¿qué es esto? No es Amor
No es Cupido, es una bala de plomo
Que el corazón me ha partido.

Muero con ilusión de Amor sin probarte
Muero por la traición de un truhán, de un cobarde.

© Carme Folch, 2011.